Cuando te planteas la idea de trabajar en el extranjero, lo primero que te surgen son muchas dudas y, a continuación, algunos miedos. Para que todo este proceso no te acabe llevando al Lado Oscuro de abandonar tu proyecto, en este artículo te vamos a dar cinco razones por las que trabajar en el extranjero (al menos una vez) es lo mejor que te puede pasar en la vida.
5 motivos por los que trabajar en el extranjero al menos una vez es lo mejor que puedes hacer
1) Conocerás otros mercados laborales
Cuando todo lo que has conocido, laboralmente hablando, se reduce a tu ciudad y alrededores, no puedes tener una perspectiva real de si te estás desarrollando como realmente quieres o simplemente te estás conformando con lo que hay.
Trabajar en el extranjero te facilitará conocer otras formas de trabajar y otras mentalidades y te dará la perspectiva necesaria para determinar qué quieres conseguir en tu carrera laboral, cómo lo quieres y dónde lo vas a desarrollar.
2) Aprenderás a valerte por ti mismo fuera de tu zona de confort
Trabajar en el extranjero lleva acarreada, para bien o para mal, una gran carga de independencia. Tendrás que iniciar tu vida casi desde cero en otro país y eso hará que descubras que, pese a tus temores, sabes hacer de todo y puedes desenvolverte con éxito en cualquier situación que se te ponga por delante.
¿Habrá días malos? Por supuesto, sobre todo el principio. Pero también los hay en tu país de origen, ¿verdad? Cuando compruebes en tu piel todo lo que eres capaz de superar y hasta dónde puedes llegar, entenderás que ha merecido la pena.
3) Mejorarás idiomas
A menos que te vayas a otro país hispanohablante, trabajar en el extranjero te aportará una de las habilidades más interesantes que se pueden tener en la vida: conocer y dominar otros idiomas.
En el caso de países anglosajones como Reino Unido e Irlanda, trabajar un tiempo en ellos y mejorar tu inglés te abrirá muchas puertas en el mercado laboral internacional.
4) Acumularás valiosa experiencia internacional en tu CV
Eso me lleva a señalar que no solo son los idiomas los que darán más lustre a tu currículo, sino la propia experiencia laboral internacional que acumules.
Muchas empresas buscan talentos entre gente que ha trabajado en el extranjero para ocuparse de determinados departamentos o para puestos que requieren viajar a menudo y relacionarse con clientes internacionales.
5) No volverás a ver el mundo de la misma manera (y eso es bueno)
Si viajar ensancha la mente y renueva las ideas, trabajar en el extranjero ni te cuento.
Conocer otras formas de hacer las cosas, otras maneras de ver el mundo, tener choques culturales (y superarlos), adaptarte y aprender a respetar otras costumbres, valorar lo que de verdad es bueno en tu país de origen y descubrir lo que no lo es tanto… Todo esto te hará crecer como persona, salir de tu zona de confort, abrir tu mente y ser tanto más tolerante con la diferencia como más exigente con lo que sabes que se puede hacer mejor.
¡Ve haciendo las maletas!