Al fin se acaba la universidad y te encuentras con un título y sin saber hacia dónde dirigirte. Puede que no haya opciones de trabajo en tu sector. Puede que te pidan experiencia. Puede que te exijan tener un máster. Y seguramente tú ya estás harto de estudiar y sin ninguna experiencia que acreditar. Quieres vivir. Porque te has estado dejando los codos durante los últimos años para poder vivir. Tus opciones no acaban tras los muros de tu facultad.
Y aquí empieza la verdadera carrera. A buscar opciones que nos permitan (sobre)vivir y la verdad es que no son pocas.
Vete al extranjero
La opción más recurrente en la actualidad. Con la excusa de aprender un nuevo idioma o perfeccionarlo puedes aventurarte a escoger un nuevo país y mudarte allí por un tiempo. Sirve tanto aprovechar para estudiar únicamente o intentar trabajar. Con suerte igual logras trabajar de lo tuyo y mejorarías tu currículum con experiencia además del idioma.
A veces se nos olvida que necesitamos de otras experiencias que un título no nos da. Cada vez más las empresas requieren perfiles flexibles, innovadores y con diversas experiencias más allá de la facultad. Una de las claves, es que las empresas requieren cada vez más perfiles que hayan realizado un Erasmus o una experiencia en el extranjero. La razón es salir al extranjero no sólo comprende un nuevo idioma, sino también tratar con gente diferente del mundo, asentarte en un nuevo país, lanzarte, resolver problemas y adaptarte a difrentes situaciones.
Becas públicas trabajo
Aunque desde la universidad no se nos hable mucho de ello, existen un sinfín de becas de trabajo o colaboración con entidades públicas en diferentes ámbitos. Desde administración a proyectos de investigación pasando por puestos de guía en lugares turísticos. Aunque no suelen estar muy bien remuneradas sirven como incentivo y, obviamente, como experiencia.
Prácticas extracurriculares
Otra opción muy acogida son las prácticas extracurriculares que pueden cursarse tanto en tu país como en el extranjero. Amplían experiencia y puedes probar nuevos campos donde aún no te habías adentrado. Y, quién sabe, igual acaba siendo el trabajo de tu vida.
Es por ello que proyectos como Erasmus prácticas u otros programas de prácticas en el extranjero que tienen los distintos países de la Unión Europea han triunfado. Hoy en día es mucho más fácil trabajar para una empresa internacional y tener una experiencia en el extranjero. El mundo está globalizado y se necesitan cada vez más perfiles de diferentes partes que atiendan a las necesidades y demandas de las empresas.
Por no hablar de la gran oportunidad que es trabajar con equipos internacionales formados por profesionales muy distintos y de distintas partes de los que seguro tienes muchísimo que aprender.
Improvisa
Prueba trabajos que crees que nunca harías o aquellos que habrías hecho en caso de no haber escogido la carrera que recién has acabado. Descubre cuáles son tus puntos fuertes y qué te hace feliz en la vida laboral. Por ejemplo, yo me fui de AuPair, aún sin encantarme los niños, tras acabar mi máster.
O haz un voluntariado que complemente tu formación. Por ejemplo, yo acabé mi carrera de Humanidades en una escuela de un pueblo de Marruecos.
O, simplemente, acepta un año sabático. Para descansar y coger fuerzas para seguir formándote o para saber dónde ir tras haber acabado la carrera.
Pero sobretodo, no te asustes si te sientes desorientado una vez recoges el merecido título, porque todos hemos pasado por ese punto de inflexión.
Recuerda, ahí empieza la verdadera carrera. Y es a fondo.