Después de haber estado en Inglaterra por primera vez con 16 años, tenía claro que quería volver. Era la primera vez que salía de España sin mis padres y, en esas semanas que estuve estudiando inglés, me quedé enamorada de Inglaterra. Así que unos años después decidí ir de Au Pair y aprovechar los meses de verano antes de volver a estudiar. Quería vivir mi primera experiencia como AuPair, y, claro, tenía que ser en Inglaterra.
Muchas familias buscaban a alguien para estar mínimo 6 meses o el curso escolar y en ese momento no era lo que yo buscaba, pero al cabo de unos días di con una familia que necesitaba sólo para estar un par de meses. Además, vivían en un pueblecito llamado Eastligh que estaba a 15 minutos de Southampton, la ciudad en la que yo había estado la primera vez en Inglaterra, por lo que no lo pensé mucho y acepté.
A partir de ahí estuve hablando con los padres durante 2 meses antes de que tuviera que desplazarme. Acordamos todas mis tareas, mi dinero semanal, mis clases de inglés, etc.
En mi caso tenía que cuidar a su hija mayor de 6 años y al pequeño de 4. Les ayudaría a prepararse por las mañanas para ir al cole, darles el desayuno y el padre se encargaba de llevarlos al cole que estaba a menos de 5 minutos andando de casa. Yo tenía las mañanas libres para organizar un poco las cosas de los niños y para ir a clases de inglés. A partir de las 4 de la tarde iba a por los niños al cole, jugaba con ellos, los bañaba y sobre las 8 los preparaba para irse a dormir.
Mi rutina era de lunes a viernes y tenía los fines de semana libres. La verdad es que al principio los días antes de que se acercase la fecha de irme, tenía bastante miedo porque era la primera vez que salía verdaderamente sola y, aunque había hablado con la familia muchas veces, siempre tienes el miedo de no adaptarte. Pero desde que fueron a por mí al aeropuerto me hicieron sentirme muy bien, fueron muy atentos y, también muy importante, respetaban mi espacio.
Los fines de semana al tenerlos libres los aprovechaba para ir a visitar Southampton, ya que me traía muy buenos recuerdos, y también estuve visitando un día Londres. Además de juntarnos algunas aupairs del vecindario para conocer un poco más el pueblecito en el que estábamos.
Sin duda mi primera experiencia como AuPair fue breve pero muy buena. Además, unos años después seguía en contacto con la familia, me mandaban fotos de los niños para ver cómo crecían e incluso alguna vez hablaba con ellos. Al final eres también parte de su familia por un tiempo y, tantos los niños como yo, nos echábamos de menos.
Tenía claro que tarde o temprano volvería a repetir mi experiencia como AuPair.