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Marido italiano (MI) mira fuera: “Joder, otra vez cielo gris”.
Irish wife (Yo): “Sí, pero por lo menos está seco”.
MI: “Mejor no salir a pasear, parece que va a llover”.
Yo: “¡¿En serio!? Unas gotas no matan a nadie.
El tiempo… Un tema constante en una conversación entre irlandeses y un punto de conflicto para una pareja ítalo-irlandesa viviendo en Irlanda. Como orgullosa irlandesa, me encanta mi país, pero no soy estúpida, sé que el tiempo es una mierda. No hay estaciones, no hay un clima fijo, simplemente tenemos “tiempo”. Y no precisamente buen tiempo. No llueve todo el tiempo como todo el mundo piensa, pero la imprevisibilidad del tiempo de una hora para otra es agonizante.
En el fondo estoy totalmente de acuerdo con mi marido italiano cuando se queja del tiempo, sin embargo, todavía discuto con él si está lanzando un ataque personal sobre mi identidad. Mi orgullo nacional despierta y nuestra conversación sobre el tiempo degenera en cómo crecí y cómo los veranos eran agradables cuando era joven e íbamos a la playa y tomábamos helado. Y fue bien, ¿no? Dar pie a comparaciones sobre las diferencias entre su país y el mío…
Yo: “Sí, tenéis un clima precioso, buenos tomates y vino, pero no hay ninguna oportunidad de trabajo en el país del que vienes. ¡El buen tiempo no paga las facturas!
MI: “Bueno, por lo menos nuestro hijo crecería conociendo la playa y el sol y jugando en la calle en lugar de estar encerrado”.
Yo: “Crecí aquí y todo fue bien”.
MI: “¿Bien? ¿Estás segura de eso?
Y la misma historia para muchas parejas “internacionales”, supongo. Compartimos muchos valores, pero también nos separan muchas diferencias que aparecen en los momentos más extraños.
MI: “¿¿¿Tomas capuchino después de cenar???”.
Yo: “Sí, ¿y qué?”.
MI: Dios mío… Es una bebida para el desayuno”.
Yo: ¿Qué? (#caraconfusa).
Criar a nuestro hijo en una casa bilingüe con fuertes influencias y muchas diferencias ha sido, sin embargo, una parte muy divertida de nuestro viaje. Ver cómo devoraba puré de patata pero dejaba pasta en el plato fue una pequeña victoria irlandesa 😉. ¡Esperé con ansiedad para ver qué lengua ganaría para su primera palabra! ¡Hay choques entre mi marido y yo cuando mi hijo le afecta el clima y su primer instinto es doctor, hospital y medicinas! Desde la mirada irlandesa yo intento estar más relajada: “es un bebé, los bebés cogen resfriados y constipados, ya será grande”. Y lo es.
En muchas relaciones hay una persona que está lejos de su familia y esto viene con sentimientos de culpabilidad ya que sus padres se hacen mayores, y como los nietos vienen, se preocupan de cuánto tiempo les costará llegar cuando una emergencia ocurra o cuántas preciosas vacaciones podrían haber pasado en otros sitios en lugar de pasar las vacaciones del trabajo visitando a la familia (¡lo cual no es problema para mí ya que mi marido es de Sardinia y estoy de acuerdo con pasar mis vacaciones allí!).
En nuestro caso usamos la tecnología tanto como podemos para acercarnos a la familia. Nuestro hijo cena con sus abuelos italianos frente a la pantalla casi todos los días. Cantan, hablan e interaccionan con él y les conoce bien incluso si no les ve frecuentemente en persona. Se envían fotos, vídeos y notas de voz a lo largo del día y les hace sentir que no se están perdiendo mucho.
Mi marido sigue sin aceptar la forma de conducir aquí (¡más tranquila que en Italia seguro!) y, para mi horror, siempre pita y usa un lenguaje colorido con la gente que considero totalmente innecesario. Todavía no puedo evitar pensar cómo a su edad meten a las chicas italianas en faldas cortas en los programas de cotilleo con otro propósito más que el de pasear y lucir guapas. ¡Aún no puede parar de pensar en la obsesión de los irlandeses por las camisas a cuadros!
Aunque ambos lamentamos el hecho de no poder comprar alcohol 98% para hacer licor limoncello casero. ¡Por lo menos hay una cosa en la que estamos de acuerdo!
Tengo que decir que descubrir todas esas diferencias son parte de lo que mantiene esto interesante (¡a la vez que frustrante!). Conocer la cultura de mi marido, cómo comen los italianos (maravillosamente lentos), cómo beben (¡Aperol, por favor!), y qué es importante para ellos (familia… y fútbol, por supuesto) ha sido y continuará siendo divertido.