Irlanda es un país lleno de leyendas a donde quiera que vayas. Aquí os dejamos algunas de las más conocidas para los amantes de las fábulas.
La Calzada del Gigante, en el condado de Atrim, es una formación rocosa de columnas de basalto descubierta en 1693. Los habitantes del lugar dicen que allí habitaba un gigante irlandés llamado Finn MacCool y otro escocés llamado Bennandoner cuya relación no era muy amigable, por lo que estaban tirándose rocas continuamente. Como resultado de esta trifulca se formó un campo de rocas sobre el mar, y el gigante escocés pensó cruzarlo para acabar, por fin, con su enemigo y demostrar que él era el más fuerte de los dos.
La mujer del gigante irlandés se percató de la estratagema y disfrazó a su marido de bebé para que cuando llegara Bennandoner pensara que si ese era el tamaño del bebé, el padre tendría que ser al menos tres veces más grande. El gigante escocés se asustó al ver a ese bebé tan enorme y al volver a escocia corriendo fue pisando fuerte las columnas para enterrarlas en el mar y que ni Finn ni otro gigante irlandés pudiera cruzar hasta Escocia.
En un punto intermedio de los acantilados de Moher podemos ver la formación rocosa que se asemeja a una mujer mirando al mar. Ésta es conocida como La Cabeza de la Bruja, debido a la leyenda de una bruja llamada Mal, enamorada de Cú Chulainn, un héroe irlandés, al que persiguió hasta los acantilados saltando por los peñones, con tan mala suerte que se cayó se estrelló contra el acantilado.
Las Banshee son figuras femeninas emparentadas con las hadas, envueltas en un sudario que trasmiten un llanto sobrecogedor a los familiares de un futuro difunto (excepto a éste mismo). Se les puede representar de dos formas: como una mujer agazapada entre los árboles cuyo lamento llena de profunda tristeza a aquél que tenga la mala suerte de escucharlo; o como una mujer mayor que se acerca a las ventanas para descargar su lamento sobre los parientes o amigos de aquellos que van a fallecer.
El Dullahan es un jinete diabólico sin cabeza, que va cabalgando por la campiña irlandesa. Suele llevar su cabeza en la silla de montar frente a él o también, al brillar intensamente, la lleva en alto en la mano derecha para alumbrar su camino. Cada vez que el jinete se detiene, alguien muere, y si lo ves desde la ventana te pueden sangrar los ojos o sentir como si te hubieran dado un puñetazo en ellos.
Los Merrows (sirenas) son seres femeninos del mundo de las hadas, con una antipatía natural por el ser humano y con grandes fortunas. En el caso del género masculino se les llama Tritones, pero son más difíciles de encontrar.
Viven en Thir de Thoin (la tierra bajo las olas) y se les considera mensajeros de la condenación y la muerte. Para llegar a tierra las Merrows han de despojarse de sus ropas y, si éstas son encontradas por algún pescador, pueden obligarlas a casarse con ellos ocultándolas, ya que hasta que éstas no las encuentren no podrán volver al mar. En irlanda se considera que algunas de las familias más conocidas han sido creadas por la unión de un mortal con una de estas sirenas, como los O’Flaherty, los O’Sullivan o los MacNamaras.
Esperanza Roales Iglesias