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Muchos de los hábitos cotidianos que tenemos pueden no parecer peligrosos a simple vista, pero la verdad es que sí que lo son. ¿Asustado? Es mejor que seas precavido, ya que nuestras casas son más peligrosas de lo que pensamos. Pero con un poco de conocimiento, consideración y sabiduría puedes evitar la mayoría de estos peligros.
No echar agua en la sartén
Freír el plato perfecto es un arte, y como todos los artistas, puede ser dominado solo con la práctica. Si mientras estás cocinando tu perfecto plato y de repente el aceite prende y se produce fuego (Si, puede pasar) ¡NO intentes apagar el fuego con agua!
El aceite y el agua no se mezclan entre sí, y arrojando agua fría en la sartén lo único que conseguirás es que el aceite salte y el fuego se propague. Esto podría causar serias quemaduras al cocinero e incluido la cocina.
Lo mejor que puedes hacer es bajar el calor de debajo de la sartén y cubrirla con una tapa de metal (recuerda que una tapa de cristal puede romperse). Con la tapa puesta, el fuego se consumirá ya que desaparecerá todo el oxígeno que está dentro de la sartén y por tanto el fuego se apagará automáticamente.
No se congelan de nuevo los alimentos que ya han sido congelados.
Congelar los alimentos no mata a las bacterias, tan solo las hace “latentes”. Cuando la comida se está descongelando, las baterías despiertan y empiezan a proliferar de nuevo. Cuanto más tiempo la comida está congelada, más tiempo necesita para descongelarse y por tanto encontrarás más bacterias en tu comida. Es tan fácil como esto.
Cuidado con la encimera
Ten cuidado cuando cocinas, no dejes la olla encima de la encimera después de haber terminado. Si ésta está llena, se te puede quemar la comida pero si la olla está vacía se te puede sobrecalentar. Y algo quemado o sobrecalentado no son buenos. En el mejor de los casos, puedes verte rodeado de humo y de un olor bastante desagradable.
Y nunca hiervas una tetera vacía, incluso si tiene ese dispositivo moderno que cambia por seguridad, ya que puede llegar a ser muy peligroso si se sobrecaliente. Así que asegúrate bien.
Lavar los platos (sartenes, tapas, tablas de cortar…)
Si compartes la limpieza de la casa con otros compañeros, el hecho de lavar no solo es un signo de respeto para tus otros compañeros, sino también es una cuestión de higiene.
Las sobras adheridas en la vajilla pueden desarrollar bacterias que pueden causar diversos grados de intoxicación alimentaria. No sólo en los platos, ollas y vajilla; que por supuesto se necesitan lavar, sino también en las tapas y tablas de cortar, sobre todo cuando has cortado carne picada cruda o cualquier comida grasa.
Seque el suelo después de la ducha
Una vez más, no solo es una cuestión de respeto, sino también se trata de seguridad. Los suelos mojados son peligrosos ya que te puedes resbalar e incluso si te las arreglas para no caer, puedes causarte lesiones.
No cargue tu dispositivo en tu cama
Los dispositivos electrónicos tales como teléfonos pueden llegar a calentarse mientras se están cargando. ¿No nos crees?
Hablando de la electrónica: por favor, no utilices un cargador que tiene un cable dañado. Cable dañado puede dar cortocircuitos e incluso provocar un incendio.
Cierra tu puerta
Incluso vives en una zona tranquila, cerrar la puerta es siempre una buena idea. Es mejor tener a alguien que pique a tu puerta que encontrarte con un completo extraño en tu comedor.