En algunas partes de España, el invierno es meramente una prolongación del otoño que no llega a durar ni dos meses. En otras, por el contrario, se alcanzan temperaturas bajo cero y tienen Navidades nevadas. Pero sea cuál sea el invierno al que estás acostumbrado, te aseguramos que no es como el escocés. Su mayor proximidad al Polo Norte hace que las horas de luz se vean seriamente reducidas una vez llegado Diciembre y el estar rodeado por el Océano Atlántico y el Mar del Norte contribuyen a su clima húmedo, que a la vez hace que descienda la sensación térmica y la temperatura parezca mucho menor de lo que marcan los termómetros.
Así que si quieres saber cómo sobrevivir al invierno escocés sin convertirte en un polo de humano, ¡sigue leyendo!
1. Vístete a capas
Capas y más capas. Encuentra a tu cebolla interior y sácala a la luz. Si eres una persona sensible al frío, una combinación de camiseta interior, camiseta, jersey, rebeca y abrigo te salvará de pasar un mal rato si sales fuera. Y, si entras en un comercio, restaurante o casa en la que se pone la calefacción a nivel tropical, tienes la ventaja de poder ir desvistiéndote poco a poco hasta alcanzar la temperatura perfecta, sin tener que elegir entre asarte o mostrarle al mundo tu ropa interior con estampado de Mi Pequeño Pony que te compraste en el Primark porque estaba de rebajas.
2. Olvida los guantes de lana
Ojo, no los guantes en general. Los de lana. La razón es muy sencilla: La lana es un magnífico aislante térmico y, en climas secos, es muy efectiva a la hora de mantener tus manos calientes. No obstante, no es un material impermeable y, al ser Escocia es increíblemente húmeda, el frío te calara igualmente si los usas. Por eso, es mucho mejor que compres guantes de piel o sintéticos que protejan tus manos completamente.
3. Usa prendas termales
La ropa termal se fabrica con el propósito expreso de conservar el calor. Por ello, no viene mal invertir unas cuantas libras en invierno en este tipo de prendas y así estar siempre bien protegido. Si no te interesa comprar un conjunto entero de prendas termales, hazte al menos con unos calcetines, ya que solemos perder el calor corporal más fácilmente por las extremidades y tenerlas a cubierto es una de las maneras más rápidas de combatir el frío.
4. Compra una bolsa de agua caliente
Aunque es la solución más fácil para estar calentito en casa, no todo el mundo puede permitirse tener la calefacción encendida todo el día. Aparte de ser costoso económicamente, también puede conducir a sequedad en la garganta, dolores de cabeza o aletargamiento debido a una exposición prolongada al calor.
Por lo tanto, para ahorrarte problemas y algo de dinero, una buena recomendación es apagar la calefacción unas cuántas horas al día y usar en su lugar una bolsa de agua caliente. Son baratas, fáciles de encontrar y mantienen el calor durante horas (guardada bajo las mantas, aguantan con la misma temperatura durante casi toda la noche).
5. Asegúrate de tomar vitamina D
En la parte más cruda del invierno escocés, suele amanecer sobre las nueve de la mañana y anochecer sobre las cuatro de la tarde, lo que deja los días con siete horas escasas de luz solar. Luz que el cuerpo humano necesita para poder producir correctamente vitamina D, que ayuda a la absorción del calcio, entre otras cosas. Una deficiencia de esta vitamina puede provocar problemas en los huesos , cansancio y, según estudios recientes, un mayor riesgo de padecer depresión. Por lo tanto, para asegurarte de que obtienes tu dosis de diaria, toma alimentos como pescado azul, huevos y leche entera (en la desnatada no te servirá, ya que la vitamina D se encuentra en la grasa).
Así que ya sabes. Si quieres llegar a marzo relativamente sano, abrígate, cuida tu alimentación y no te dejes amedrentar por la oscuridad: sal aunque haga frío, sal aunque sea de noche, sal aunque llueva…¡O nunca vas a salir en Escocia!