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Bienvenidos a la segunda parte de mi serie sobre mi año de estudios en el extranjero 2014/15 en Alicante, España. Como habéis podido leer (espero) en mi último artículo, hablé sobre cómo organizar el alojamiento para mi año de Erasmus en Alicante. Me gustaría dar otro enfoque a este artículo y hablar del estudio (¡woo!). En particular, me gustaría hablar sobre todo de los cursos de idiomas que hice durante mi año en España.
La premisa de nuestro año de Erasmus fue, no sólo adaptarse a una nueva cultura y ambiente de vida, sino también, mejorar nuestro nivel de español tanto hablado como escrito. Por eso los cursos de idiomas fueron tan importantes.
Aquí os dejo mi consejo de cómo encontrar un buen curso de español en Alicante, España.
PRIMER SEMESTRE, CURSO DE IDIOMAS
Después de llegar a Alicante a finales de Agosto 2014, tuvimos que acabar las clases que estábamos haciendo ese año. Afortunadamente, pudimos cambiar esas clases para el segundo semestre en enero 2015, por lo que, el primer semestre fue nuestra prioridad.
Contactamos con unas chicas en 2014 para que nos aconsejaran, y nos dijeron de hacer el Curso de Lengua Española que ofrecía la universidad durante el primer semestre. Eran unas 3-4 horas de clase a la semana, tanto de gramática como de conversación, y con un examen en diciembre. Recuerdo que dejamos una señal para reservar las plazas antes de empezar el curso. Una señal que nos sería devuelta al acabar el curso.
¿Bonito Paisaje, eh?
En resumen, elegir esa clase fue una buena decisión. Nuestro profesor era realmente bueno y la clase no era demasiado grande, a lo mejor había un máximo de 15 estudiantes, por lo que aprendíamos más rápido y teníamos oportunidad de hacer todas las preguntas y aclaraciones que quisiéramos. Teníamos que hacer deberes, pero no eran muchos en general. La principal ventaja de haber elegido esta clase es que podíamos comunicarnos en español con otros estudiantes españoles. Por lo que pudimos trabajar bastante en nuestra gramática y aprender más palabras utilizadas el día a día necesitarías para comunicarse cuando salíamos de fiesta o íbamos a un restaurante o a comprar al supermercado, etc. Por lo que, juntando las clases más el día a día, ya nos sentíamos españoles.
SEGUNDO SEMESTRE
En cuanto a los cursos de idiomas para el segundo semestre, no tuve que buscar mucho la verdad. Mi casera junto con su esposo dirigían una escuela de español y fueron ellos los que me recomendaron. La escuela ofrecía varios cursos de diferentes niveles. Dependiendo del nivel, asistías a una u a otra clase. El sistema europeo está dividido en diferentes niveles los cuáles van desde el A1 hasta el C1. A1 y A2 son para aquellas personas que empiezan a estudiar el idioma, B1 y B2, nivel intermedio y avanzado y el C1 es para nativos o con un español muy fluido.
La diferencia entre aprende español en España y en Irlanda fue un poco la manera de verlo con estos niveles. En mi primer semestre estuve en el nivel B1. Era el nivel que me esperaba. Aunque en Irlanda nuestro nivel era considerado B2. Sin embargo, nos sentíamos más cómodos en el nivel B1, o a lo mejor nos resultaba más sencillos. Por lo que la motivación por atender a las clases no era demasiado alta, o no tanto como podría haber sido.
La razón principal por la que no seguimos asistiendo a otra clase de español fue debido a los precios elevados. Necesitábamos pagar 300€ para poder hacerla. Pensé que al hacer un curso de español en la escuela que dirigía mi casera, nos ahorraríamos dinero y tiempo. En realidad, fue un error – porque a pesar de ahorrarnos dinero, no valió la pena, la verdad. En todo caso, nos desanimó para seguir aprendiendo y hablando en español. Todavía tengo el certificado que nos dieron al finalizar el curso, pero no es algo que valore.
A medida que avanzaba el segundo semestre, hicimos lo que sería nuestro “grupo de amigos”. Un grupo para pasar el tiempo que teníamos libre y solidarizarnos. Éste se creó mayoritariamente porque todos hablaban inglés y era el idioma que hablábamos la mayor parte del tiempo. Como es de entender, nuevos nivel de español, no progresaba. Además, tampoco ayudó el hecho de que compartía piso con tres personas de las cuales dos de ellas eran bastante tranquilas y no hablaban español. Durante el primer semestre, hablé mucho español y estoy muy orgulloso de ello, pero en el segundo semestre costó un poco más, realmente podría haberlo evitado.
Nuestras oportunidades de mejorar el nivel llegaron y se fueron tan rápido como los días vividos ahí, en general. Ya estábamos a 4 de Junio 2015, sorprendentemente. Ya era hora de volver a casa.
SABIAS PALABRAS
Como mencioné en mi anterior post, mi año en Alicante hizo que la idea de vivir en el extranjero me pareciera aún más interesante. Estos últimos meses he estado escuchando hablar español en Nueva York más a menudo, y me han venido recuerdos de Alicante. Me gustaría compartir con vosotros unas sabias palabras a la hora de aprender idiomas.
Creo que nos hubiera beneficiado el habernos quedado en un curso de idiomas y no intentar ahorrar dinero y tiempo haciendo otros cursos. Probablemente hubiese dado mejores resultados. La diferencia entre un curso y otra era como la noche y el día.
También creo que, en comparación con otros compañeros tanto en Alicante como en otras ciudades españolas, algunos de nosotros carecíamos de la disciplina necesaria para el mejoramiento continuo del lenguaje. Definitivamente recomendaría practicar en cada oportunidad que tengáis – los intercambios de idiomas son la clave, el camino a seguir para una mejora del idioma.
Al tratar con una organización que se especializa en ofrecer cursos de idiomas de calidad, su experiencia en el extranjero puede ser mucho más fructífera y gratificante, tanto personal como profesionalmente.
En resumen, la experiencia de haber vivido y haber estudiado en España es algo que, definitivamente, no olvidaré con facilidad. Fue increíble. A pesar de que las experiencias que tuve en cuanto al alojamiento y el curso de idioma no fueron perfectas. Espero que los dos artículos ayuden a mejorar vuestra experiencia. Oscar Wilde dijo que la experiencia es el nombre que damos a nuestros errores, pero seguro que todos podemos interpretar eso a nuestro propia y pequeña manera.